
Todo empezó cuando vi esta imagen en Facebook. Inmediatamente hice click sobre “me gusta” y me planteé esa misma pregunta: ¿cuando se convirtieron los huesos en más sexys que las curvas? Entonces me di cuenta de que quizás nunca ha sido así. Puede que muchas mujeres quieran el físico de Keira Knightley, pero ¿y ellos? ¿Prefieren a Keira o a Scarlett Johansson? Es decir, ¿prefieren huesos o curvas? Bien, los hay para todos los gustos, pero no debe ser casualidad que las mujeres que ilustran la imagen superior se posicionen año tras año entre las más sexys del mundo.

Supongo que la mayoría de nosotras estaremos de acuerdo en que un vestido excesivamente ajustado –lo que se conoce en España como “efecto embutido”- no favorece a nadie. Sin embargo, también hay muchas veces en que no llegar a “llenar” un vestido también hace que éste no luzca en absoluto. Para muestra, un botón. ¿Carmen o Emmy? ¿Lucy o Kate? Las cuatro pueden llegar a estar impresionantes con diferentes vestidos, siempre que encuentren uno que se adapte a su figura. No obstante, me resulta alarmante que Karl Lagerfeld adelgazase 42 kilos para poder enfundarse un traje de Dior Homme. Entonces, ¿es esto lo que nos vende el mundo de la moda? ¿Son las personas las que deben adaptarse a la moda? Yo digo que NO, aunque contradiga al mismísimo Káiser. Reclamo prendas que se adapten a las personas, reclamo que el mundo de la moda no obligue a adelgazar a nadie forzosamente para sentirse a gusto dentro de un vestido, sea de alta costura o low-cost, que tod@s encontremos prendas con las que nos miremos al espejo y digamos “pero qué bien estoy hoy”.

Son muchas las celebrities que han sentido la presión de este entorno llevándola hasta el extremo de la anorexia. Victoria Beckham, Nicole Richie, Anahí, Demi Lovato, Nieves Álvarez, Hilary Duff... También fue el caso de Lindsay Lohan, que mientras presentaba un aspecto nada saludable, copaba infinidad de revistas de moda. Sin embargo, no fue entonces, sino este mismo año cuando la revista Playboy le pagó 1 millón de dólares a LiLo por exhibir sus curvas como Dios la trajo al mundo para goce y disfrute de los hombres –y algunas mujeres- norteamericanos. ¿De verdad hay alguien a quien no le resulte más sexy en la segunda imagen? Bien es cierto que sus excesos le han jugado a Lindsay una mala pasada en su rostro, pero su cuerpo hoy por hoy resulta irresistible.
