La pasarela de Nueva York continuó su curso presentando variadas tendencias para el próximo otoño-invierno. Desde el estilo deportivo de DKNY y Tommy Hilfiger hasta el glamour de Carolina Herrera y Zac Posen, hoy os presento la segunda entrega de esta pasarela:
Siempre que repasamos Nueva York repito que DKNY nunca falla porque trae a la pasarela lo que las fashionistas quieren. Colecciones comerciales, sí, pero prácticas y creativas: esta vez blanco y negro, estilo college-sport, piel y estampados de cuadros se adueñaron de la pasarela. En cambio, me sorprendió Tommy Hilfiger con un estilo también muy juvenil, comercial y deportivo, con cuadros, patchwork, estilo noventero, pantalones anchos y aires après-ski.

Los estampados de Custo Barcelona se adueñaron de la pasarela en una versión renovada en la que no es tanto el color el dueño como los juegos de texturas materializados en volúmenes de piel, tejidos metálicos y cinturas marcadas. El eterno wrap-dress de Diane Von Furstenberg se vistió esta vez de una amplia paleta cromática con escotes profundos -cruzados o en V- con estampados geométricos y tejidos brillantes.

El glamour característico de Carolina Herrera se apoderó de la pasarela de Nueva York con estampados geométricos y partes superiores voluminosas, gracias a pieles, cuellos amplios, mangas murciélago y capas que contrastaban con prendas inferiores rectas y holgadas. En cambio este año la mujer de Donna Karan será atrevida, extremadamente sexual y sin complejos: escotes amplios, transparencias y descaradas aberturas protagonizan prendas principalmente en rojo y negro, colores de la pasión sin duda.

Viendo Nueva York parece que los tejidos brillantes nunca pasarán de moda, pues vimos aún más en Reem Acra con sus vestidos de cóctel y noche ultra femeninos de siluetas que envuelven al detalle cada curva de la mujer. “Lo bueno si breve, dos veces bueno” debió pensar Zac Posen con una colección poco extensa en la que sintetizaba una sensualidad exuberante, propia de los años 50, con vestidos ajustados, cinturas definidas, sus habituales cortes sirena y vestidos de noche con faldas de gran volumen.

Las transparencias son sin duda “LA” tendencia de esta pasarela de Nueva York. Las volvimos a ver en abundancia en la colección de Vera Wang, de grises y negros con estampados príncipe de Gales y floreados en siluetas ligeras y femeninas. También por la feminidad apostó Badgley Mischka junto a flores, encaje y tejidos brillantes, con trajes de chaqueta y falda tubo y sus habituales vestidos de noche.
El lunes finalizaré mi análisis de la pasarela de Nueva York con la última y más extensa entrega. Hasta la fecha, ¿qué os parece esta edición tan sexy?
Si te perdiste la primera entrega, ¡click aquí!